La tijera fue en los primeros años de las estampillas postales, el instrumento que permitía separar cada sello del pliego en el que había sido impreso. La molestia que ello causaba, sobre todo en los casos en los que debía despacharse mucha correspondencia, hizo pensar en la necesidad de crear un sistema más ágil para la separación de las estampillas.
A partir de 1848 Henry Archer (1799-1863), abogado irlandés y empresario de ferrocarriles, empezó a trabajar en la idea de una máquina que permitiera perforar los pliegos de sellos, a fin de permitir su separación manual, sin necesidad de recurrir a ningún instrumento.
Antigua máquina perforadora de sellos, Museo Smithsonian. |
En 1850, tras una serie de pruebas, Archer pudo construir una máquina perforadora eficiente, que ofreció en venta a la Administración Postal británica, que pagó por ella cuatro mil libras esterlinas.
A partir de 1854, todas las estampillas británicas fueron perforadas.
En el Ecuador, las primeras estampillas no contaron con esa innovación, pese a que se hicieron once años después de su puesta en marcha, porque fueron de factura nacional y no había una máquina perforadora en el país. Las primeras estampillas ecuatorianas con dentado se pusieron a la venta el 1 de septiembre de 1873.
Artículo originalmente publicado en AFE el 19/7/2015, recuperado tal cual el original, pero con diferente imagen.
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