lunes, 1 de febrero de 2016

SCADTA en Ecuador: Serie de 10 capítulos (III)

por: Italo Bongiovanni

CAPITULO 3 - LA HISTORIA de SCADTA COMO SE LA CONOCE

Obligada por el gobierno de los Estados Unidos a limitar sus vuelos a la Zona del Canal, la Sociedad Colombiana SCADTA había decidido abrir rutas rumbo al Sur, de un lado para incrementar sus ya floridas actividades comerciales y de otro lado para limitar de alguna manera la agresividad comercial de American Airways que se estaba alistando para entrar en Suramérica.

Emisarios de la SCADTA viajaron a Quito en los primeros meses de 1928 ofreciendo una línea aérea con hidroaviones que habrían conectado los puertos principales del país con Colombia y con el norte del continente. Esto solucionaba la falta de estructuras aeroportuarias, totalmente ausentes en el Ecuador, y no solo el país no habría gastado nada para eso, sino que la sociedad SCADTA habría pensado en crear en propio las oficinas necesarias en la costa y en la Sierra.

Y esto era una novedad también para SCADTA, en el sentido que ella ya recibía y tramitaba correspondencia que llegaba de los Estados Unidos y de Europa, pero sus únicas oficinas estaban en Colombia. La idea de crear una red de oficinas en el territorio ecuatoriano era una novedad para la Sociedad y signo evidente de la voluntad de radicarse sólidamente en el territorio. Ecuador habría tenido innumerables ventajas a costo cero; por eso el contacto entre los emisarios de SCADTA y el Gobierno dio de inmediato éxito positivo: única condición, demostrar la factibilidad del proyecto, lo que SCADTA hizo enviando un avión a Guayaquil el 12 de junio. Fue la más eficaz demostración de sus posibilidades y de las capacidades de sus pilotos.

Se trató de un vuelo de ensayo, y un filatélico de Guayaquil hizo preparar un cachet alusivo que se utilizó para matasellar los sobres que volarían de regreso a Colombia.

Con la llegada del avión en Guayaquil, se decidió la firma del contrato para el día 2 de julio, dos semanas más tarde.

La leyenda que todos conocen dice que a la firma del contrato, el conde Leo Künigl, responsable filatélico de la SCADTA en Ecuador, ordenó en Alemania una serie de sellos específicos para “SCADTA de Ecuador” y, necesitando disponer velozmente de estampillas, contactó la imprenta “Artes Gráficas Senefelder” de Guayaquil para hacer preparar una serie de cinco valores, tiempo concedido seis semanas. La leyenda continúa diciendo que el producto fue tan malo que al 14 de agosto el conde rechazó la serie que se le estaba ofreciendo e hizo simplemente sobre-sellar una buena cantidad de estampillas colombianas, dando vida a la bien conocida serie PROVISIONAL de 45º.

Esta es la leyenda que todos los filatélicos conocen, pero sobre qué se basa y quién fue el primero a recontarla no se sabe. Que se trata solo de una leyenda es lo que intento demostrar la próxima semana. 

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